El renacer.
Como el fénix “De las cenizas renaceré”. Las cosas toman
poco a poco su curso. Nuevas cosas surgen y me han hecho ver una pequeña luz a
final del túnel en el que me encontraba y de ahí mi ausencia por estos lados.
Llegó a mi vida algo, o mejor dicho, alguien de manera
inesperada. Vuelvo a sentir paz, tranquilidad. Esa felicidad que te invade al
saber que tienes a alguien simplemente maravilloso a tu lado. Ese sentimiento
en la pancita que se conocen como “Mariposas en el estómago.”
Mis planes son
moldeables y ambos estamos dispuestos a adaptarnos a esto de la mejor manera.
Algo maduro, serio y concreto.
Sus pecas, sus tatuajes, su barba, sus labios, su personalidad, en resumen, ¡Él!
Siempre me dijeron que alguien llegaría y te haría entender
porque los demás no funcionaron, alguien que con un abrazo uniría todos los
restos de ese corazón malogrado. Alguien
que encendería la luz que alguien en algún momento apagó.
Alguien que se ha ganado a pulso, día a día, lo mejor de mí,
lo mejor de mi ser. Alguien que conserva esa traviesa y hermosa alma de niño.
Haciendo las cosas despacio y con calma y aún así se siente rápido
y tan avanzado. Es tanto y tan poco al mismo tiempo.
El tiempo se nos va en charlas eternas y cigarrillos. En anécdotas
y risas. En abrazos fuertes en momentos de tristeza y en antigripales en
momentos de enfermedad. En mensajes que sacan sonrisas en esos momentos en los
que nada te haría sonreír, en no querer a nadie a tu lado excepto a esa persona, el que hace que tu día se vuelva largo cuando no está a tu lado y corto cuando
pasan el tiempo juntos.
Sus gustos y los míos son totalmente distintos, pero aun así
su mano al tomar la mía calza perfectamente, haciendo un click, haciéndome entender
que esa mano estará para darme apoyo, fuerza y ayuda cuando lo requiera, al
igual que mi mano estará para él para cuando sus piernas y fuerza fallen.
Una vez leí la
siguiente frase: “el amor es como las mariposas. Si tratas de tomarla ella
siempre se irá, pero cuando no la estás esperando ella simplemente se posará en
tu hombro y ahí se quedará”. Y esto es así, es un amor inesperado, apareció en
mi vida cuando menos lo imaginaba y sin
saberlo cuando más lo necesitada. No lo buscabas, no lo querías, solo llegó, y
eso te hace feliz. Completamente feliz.
I.B
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